Fernando Andrade Cancino

Mahia Biblos: El arte de la tapicería.

De nacionalidad argentina y radicada en México desde 1972. Mahia Biblos, esposa del importante crítico de arte Juan Acha, nos aclara que de él recibe todo el apoyo moral, pero no interviene durante su proceso creador ya que él sólo ve las obras terminadas: "si tengo un conflicto conceptual –aclara– se lo comento; al concluir me da su versión si se la pido". Con amplios estudios en arquitectura, artes visuales,, percepción visual, realizados en Argentina, con la licenciatura en Educación e Investigación Artística y estudios de maestría en artes plásticas en nuestro país, ésta artista culta, elegante y refinada, maestra del desaparecido Taller Nacional del Tapiz y ahora de la licenciatura en Diseño Textil de la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes, nos dice haberse iniciado como pintora, pero renunciado en 1968 a la pintura por un proceso de conceptualización: "no creo en la pintura para mí como expresión". Para ella existen procesos técnicos que ya están dados: teñir, tejer como base, formar una cruz, una urdimbre y una trama, entorchados, anudados, afelpados, técnicas de alfombra, las tradicionales, tejidos de ojal, etc., que en cada tramo van produciendo formas geométricas como en los tejidos prehispánicos.

El arte textil, poco valorado en nuestro país, cuenta aquí con pocos exponentes: Martha Palau A. Linartas, Enrique Pérez Diez, Marcela Gutiérrez, Pedro Preux, casi todos dedicados a la docencia como Mahia Biblos. Fue en 1978 que se efectuó en México la primera Bienal del Tapiz en el Museo Carrillo Gil, "estamos en pañales" señala. Varios salones se realizaron a partir de entonces pero por ahora están suspendidos. En términos generales no hay una conciencia de la inserción del tapiz como proceso artístico, lo ven como el patito feo, como algo secundario, cosa que no pasa en otros países latinoamericanos; en México tiene preminencia la pintura. En escultura México va a la vanguardia pero muy pocos lo saben, "la gente sigue comprando pintura", nos dice. Creo que la tapicería "es una trampa elitista si haces cosas no tradicionales –agrega– estas en la calle. El tapiz para el muro viene a ser lo mismo que una pintura texturizada". Se interesa en insertar el tapiz como un lenguaje plenamente artístico, particularmente se interesa en el color y en el espacio. El textil se tiñe de colores que da una vibración que no dan los pigmentos que ya tienen una reflexión a la luz totalmente diferente a lo pictórico. Mahia se encuentra trabajando actualmente en el problema del espacio, lleva más de un año, casi dos, realizando una investigación para resolver problemas estructurales de sus piezas tridimensionales, de sus ambientaciones especiales. Espera encontrar una solución que le permita que sus piezas se sostengan por sí mismas, sin relleno. Trata de crear formas coloreadas y hacer una instalación con el conjunto de piezas que deberán a la vez funcionar solas. "Es otra dimensión del textil, ya no sólo para la pared", señala.



El textil artístico es un medio elitista, comparado por ejemplo, con un sarape, que tiene una función artesanal; el textil tiene una función artística. "El arte para el pueblo es una jalada, a medida que sé y conozco, no puedo entender la música sin sensibilidad y la podría valorar más si mis conocimientos fueran mayores", agrega.

"Somos nosotros quienes damos una connotación al arte popular, pero quien lo hace le da otra. En Chiapas el indígena tiene todo: frijol, tortillas, tres vestidos, etc. y nosotros ni siquiera entendemos; todo lo que hacen es efímero, nosotros lo documentamos con una bella fotografía y nos inundamos de objetos de los que, de cien, sólo uno se salva". Lo que más le impresiona de Guatemala es el color; sus mujeres conservan la identidad nacional, toda una tradición que es su forma de vida.

Según Mahia todos hablan de genialidades pero "yo puedo hablar de fracaso, me cuesta tanto, de sacar algo con decoro ya es algo". Por lo pronto se interesa más en la investigación del proceso artístico.

"Así como Perú me movió las entrañas, Guatemala me movió hasta el cerebro" dice conmovida. Empeñada en el proceso creativo de su actual proyecto de tapicería y ambientación. "Fardos Funerarios" esta artista genial y de gran temperamento no corre prisas, un proceso lento y concienzudo que tarde o temprano dará los más sabrosos frutos del arte textil y latinoamericano, no importa cuánto demore, estamos seguros que encontrará, como predijo de ella alguna vez el desaparecido museógrafo mexicano Fernando Gamboa, amplia resonancia.

El Sol de México en la cultura
11 de Agosto de 1991